top of page

TP1

  • haboyhistoria
  • May 15
  • 3 min read

Updated: Jul 3





Fiorela Klimis, Morena Nobre Leite, Ignacio Tonizzo, Franco Andrea Bozzuto.
Fiorela Klimis, Morena Nobre Leite, Ignacio Tonizzo, Franco Andrea Bozzuto.

Connotación

En nuestro trabajo, abordamos el Renacimiento a través de una lectura que trata de como una misma tipología —iglesias— puede adoptar distintos lenguajes a través de la elección de los ordenes arquitectónicos. “Los órdenes ofrecen una especie de gama de caracteres arquitectónicos que van desde lo rudo y fuerte a lo delicado y bello. En un diseño genuinamente clásico, la elección del orden es algo vital: es determinar el espíritu de la obra.” El lenguaje clásico de la arquitectura; pag. 21 - Summerson. La construcción que ideamos crece en altura ya que pretendíamos demostrar que la sociedad renacentista alcanzó la luz de la razón y comenzó a despertar de lo que había sido la epoca oscura que representó la edad media. Hasta ese momento, la gran mayoría de la población europea era analfabeta, ya que solo los nobles y los miembros de la iglesia podían acceder a una educación y al aprendizaje del latín. Con el comienzo del renacimiento, el ser humano dejó de tomar a la religión cristiana como fuente de verdad absoluta y dio mayor importancia al uso de la razón y a las demostraciones científicas. En términos arquitectonicos, esta transición fue representada a través del retorno de las proporciones y los órdenes clásicos, la prevalencia de la armonía por sobre la ornamentación exhaustiva y el retorno progresivo de la escala arquitectonica pensada hacia el ser humano en vez de hacia la inmensidad divina medieval. Como dice la cita que elegimos para guiar nuestro trabajo, partimos de la idea de que los órdenes clásicos no son solo reglas compositivas, sino lo que define el  carácter de las obras y las sensaciones que estas transmiten.

El resultado es una iglesia compuesta como un montaje jerárquico, donde cada parte expresa un lenguaje distinto:

 • La base pesada y sólida, representa lo firme, lo terrenal, lo estructural.

 • el cuerpo central utiliza lenguajes intermedios que acompañan el tránsito visual hacia lo superior.

 • La cúpula, con su ornamentación más refinada y proporciones más suaves, remata la obra con un orden más elevado, vinculado a lo espiritual, etéreo y bello. Cuando hablamos de rudo en la arquitectura, en una primera instancia dicho concepto se ve reflejado en la pesadez, la dureza o la rigidez que puede transmitir una obra desde el aspecto estético, lo cual se manifiesta a través de la notable falta de ornamentación como una de sus principales características. Desde el aspecto constructivo, se representa en la estructura, la materialidad tosca y la carencia de proporciones armoniosas. De esta manera, vemos que lo rudo es un reflejo del lenguaje arquitectonico inicial o en transición, donde las obras que presentan estas caracteristicas se perciben como inacabadas o poco refinadas. Lo bello en la arquitectura se asocia con la armonía, la ornamentación fina, precisa y detallada, la proporción y principalmente con el como se ve reflejada la composición y la aplicación de principios matemáticos como la simetría, que se ven representados tanto en lo estético como en lo constructivo. Es la expresión de un lenguaje arquitectónico intelectual y refinado, el reflejo de una obra completa con una composición armoniosa en todos sus elementos arquitectónicos. Trabajamos con distintas obras, las cuales fuimos colocando en nuestro fotomontaje y ordenando para que lograran emitir el mensaje que buscabamos. Partimos por la Basilica de San Lorenzo en Florencia, que expresa la rudeza desde su materialidad simple y expuesta, y su lenguaje estructural austero y pesado. Fue patrocinada por los Medici, que buscaban una arquitectura poderosa, ordenada y disciplinada.

La Capilla Pazzi representa un momento de transición entre la rudeza y la belleza. Su lenguaje, del orden compuesto, equilibra fuerza y delicadeza, es sobria, no esta recargada de ornamentación, construyendo un espacio que no impone ni busca estilizar por demás.

La cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore, diseñada por Brunelleschi, es considerada bella porque une proporción, claridad y sentido. Su forma armónica y su curvatura controlada generan equilibrio visual. Los detalles como los nervios blancos ordenan la superficie sin recargarla, y su doble estructura la hace parecer ligera, a pesar de su monumentalidad. Se basa en proporciones geométricas y modulaciones precisas.. La Torre Giralda en si misma es un reflejo de la transición entre lo robusto y lo elegante. Su base maciza, con muros gruesos y formas geométricas simples contrastan con el remate superior renacentista donde comienzan a aparecer columnas y ornamentos. El Templete de San Pietro diseñado por Bramante es un balance perfecto entre lo macizo y lo delicado. Utiliza columnas toscanas sobre una base solida elevada, con una proporcion equilibrada de llenos y vacios, con un diseño de cúpula simple y delicado, sin estar cargado de ornamentos.

Bibliografía:

Tafuri. M (1978). La arquitectura del humanismo. 

Summerson. J (1963). El lenguaje clásico de la arquitectura.

Schultz. C (1973). Arquitectura occidental.


 



 
 
 

Comments


bottom of page