
Repercusión social
La Place Royale termino por ser un espacio para la clase alta de París, no para el pueblo, al contrario de lo que había sido pensado al inicio por Enrique IV. Se vendieron los terrenos a precios elevados a los que solo accedía la burguesía, y con la condición de adaptarse al modelo de fachada unificado que se había pensado para dar una imagen homogénea y superior (3). A diferencia de las ciudades medievales, donde las casas se abrían a calles con tránsito libre, acá se propuso algo completamente distinto.
“En comparación con el método generalmente aceptado hasta entonces de que las casas diesen frente a calles abiertas al tráfico y destinadas a funciones múltiples, su forma construida sin solución de continuidad fue empleada en una plaza residencial para encerrar un espacio del cual se excluía o, al menos, se pretendía excluir, el tráfico ajeno a ella” Morris, Historia de la forma urbana, 221.
Se generó un espacio cerrado, unificado, que dejaba afuera el movimiento de la ciudad y por consecuencia también dejaba fuera a las clases sociales que no estuvieran ubicadas ahí dentro. Este diseño buscaba controlar el espacio y marcar quién podía habitarlo.(4)
La plaza tenia en su centro una estatua de Luis XIII (rey que le seguiría a Enrique IV) que transmitía que el rey era el eje de la ciudad. (5)
El hecho de que Enrique costeara sus obras y cediera terrenos reales para ello, unido a la estatua central, reforzaba la idea de un poder presente y visible. A la vez, el carácter residencial de la plaza (casas para los nobles) reflejaba la alianza entre la corona y la élite urbana: la Place Royale representaba una nueva relación rey-ciudad que integraba a la burguesía acomodada dentro del proyecto estatal. Así, la plaza real transmitía la imagen de un monarca que ordena la ciudad (controla el espacio público) pero también la dignifica (festejos públicos, presencia regia). El mensaje que esta plaza termina dando es doble: el rey es el centro (coloca su estatua) y al mismo tiempo se muestra cercano a las clases pudientes, consolidando su autoridad con el consenso de la élite urbana. Además, la plaza tenía un sentido político más profundo, buscaba ordenar e integrar a la nobleza dentro de la ciudad al rededor del rey:
“La construcción de la Place Royale es posible que haya tenido también gran significación social. Con anterioridad, la nobleza había vivido en châteaux en el campo o en hôtels en diversas partes de la ciudad. La Place des Vosges, como señala Rasmussen, puede ser considerada como un esfuerzo visible de someter a la aristocracia al control de una idea integradora, la de formar el telón de fondo de la monarquía” Morris, Historia de la forma urbana, 221.
Ya no eran nobles aislados en castillos, sino parte de un nuevo sistema en el que el poder real organizaba también la vida urbana. Todo este espacio tan cerrado y exclusivo con las fachadas unificadas y la estatua real en el centro, lo que mostraba era la supremacía del rey sobre la ciudad.

Figura 3

Figura 4. Carrusel realizado en la place Royale por la boda de Luis XIII

Figura 5